viernes, 30 de abril de 2010

Mentira cochina


Cuando tenía cuatro o cinco años y estaba en infantil los compañeros de primaria me decían que su curso era muy difícil y que allí ya no podías jugar todo el tiempo.


Luego llegué a primaria y me di cuenta de que aquello no era para tanto.

Entonces los compañeros que estaban en el instituto me metían miedo diciendo que allí todo era muy duro y que no podías hacer no sé cuántas cosas y que debías hacer otras tantas.


Luego entré al instituto y me di cuenta de que aquello no era para tanto.

Allí estaban los compañeros de cursos superiores para decir que mi curso era fácil, que disfrutase lo que pudiese, porque ellos desearían volver y que lo suyo era muy difícil.


Luego llegué a esos cursos y me di cuenta de que aquello no era para tanto.

Ahora los adultos me dicen que el mundo laboral es muy duro, que ojalá ellos pudieran volver a sus años de estudio y que aproveche, que luego es peor.


Pues no me lo creo. Ya no me engañan más.

miércoles, 21 de abril de 2010

Microrrelato

Me casé con Claudia, que era cantante.

Se le estropeaba el pelo con el agua, así que pronto decidimos que sus actuaciones serían en espacios cerrados.

domingo, 11 de abril de 2010

Hay lugares extraños, cerebros extraños, extrañas regiones del espíritu, elevadas y miserables. En las periferias de las grandes ciudades, allí donde las farolas son más escasas y los gendarmes patrullan por parejas, hay que subir a las casas hasta que ya no es posible continuar, hasta buhardillas de techos oblicuos en las que jóvenes y pálidos genios, criminales del sueño, meditan abstraídos con los brazos cruzados, hasta estudios baratos y elocuentemente decorados, donde artistas solitarios, indignados y consumidos por dentro, hambrientos y orgullosos, en medio de un humo espeso de cigarrillos, luchan con los últimos y furiosos ideales. Aquí está el fin, el hielo, la pureza y la nada. Aquí no tiene validez ningún acuerdo, ninguna indulgencia, ninguna medida y ningún valor. Aquí el aire es tan casto y está tan enrarecido que los miasmas de la vida ya no pueden vivir. Aquí reina el desafío, la perseverancia extrema, el ego supremo desesperado, la libertad, la locura y la muerte.
Beim Propheten (En casa del profeta), Thomas Mann.