miércoles, 17 de diciembre de 2008

Crack, crack, crack...


El otro día en clase...
El profesor intentando explicar alguna cosa insípida.
No puedo oírle, oigo más a un compañero con ganas de tocar los bemoles.
Intento agudizar mi oído, captar las ondas sonoras que emite el profesor con más intensidad que las del compañero.
Imposible, otros se van sumando a la tertulia.
De repente comienzo a oír las explicaciones.
No salgo de mi asombro, ¡se ha callado!
Una mirada fugaz me sobra para explicar el repentino silencio.
El compañero ha puesto sobre la mesa un "Danacol", una mandarina y una bolsa de castañas.
Comienza a pelar las castañas con tal ahínco que lo que ahora me impide oír la explicación son los chasquidos que emiten al quitarles la cáscara.
A ese ruido se suma el de sus dientes triturando la comida.
El tío tan tranquilo comiendo en clase, qué jodío.
Reacción del profesor, le llama la atención, le pone una amonestación y le echa de clase.
Mentira, ojalá fuese así.
Al profesor no se le ocurre otra cosa (ante mi mirada incrédula) que coger una castaña y comérsela.
Sufro un derrame cerebral.
Fin.

4 comentarios:

Shey dijo...

jajajajajajajajajajajaja
mmm menuda reacción la del profesor...
A COMER A LA CALLE!! le diria yo...en fin...

bss

Daus dijo...

los gatitos no me gustan, matad todos los que quieras...
pero no me iré sin decirte, ya que nadie tomaba en cuenta al profesor, porque no comiste castañas con ellos...
un beso

Lavernne & Persephone dijo...

Vale, comprobé que estás como una cabra, la gente de mi alrededor me mira con cara rara porque me estoy partiendo de risa ¡Estarás contenta!
jejej ¿En qué clase fue eso?

Neza dijo...

¡Lengua!!!!!!