
Sólo tocarás el balón cuando saquen, en ese momento en que todo tu equipo está juntito y no hay nadie del contrario cerca.
Te lo pasarán por lástima, y tú lo devolverás muy rápido a quien te lo haya pasado.
Y hasta ahí tu contribución.
Ahora da igual lo que corras, lo que saltes, que estés la primera o la última, que te cubran o no.
No te van a pasar.
Y, sobre todo, si el balón llega a tí, no lances a la portería. Busca a un chico y pásale rápido.
Pero no lances.
Ellas no lanzan.
Si lo haces mal habrá burlas.
Y si lo haces bien también habrá burlas.
Así que no lances.
Y lo peor de todo es que no son ellos.
Porque si hace tres años corrías, hace dos corrías sin esperanza, el pasado no querías correr y este ya no corres.
Y si no corres, para qué te van a pasar.
Y para qué vas a correr si no te pasan.
Y al final te lo crees.
Ellas no lanzan.