Te recordaré por las campañas de lluvia.
Te recordaré por los sábados de conciertazo.
Te recordaré por tus interpretacones con vasos.
Te recordaré por la batuta y el micrófono, y la música y las orquestas y las bandas.
Por aquel día en que en La donna e mobile los disfraces eran de teléfonos móviles.
Porque cada temporada había que votar la obra que más te gustase y no había quién se decidiera.
Te recordaré por esa estupenda biografía de tu padre en capítulos.
Porque fue mi inicio en la música y por lo que empecé a engancharme.
Por las risas, por los niños del público que se ponían a dirigir, por "¡A ver, necesito dos niños y una niña!".
Y prometo que no te recordaré por esto:
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Gracias Fernando.
1 comentario:
Opino de igual modo. Má s, pienso que los desmanes se pueden cometer en los "inicios", pero terminar lo sublime con esta jilipollez es de ¿jilipollas?.
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