domingo, 24 de mayo de 2009

viernes, 22 de mayo de 2009

Ramón era una persona simple.
Por eso, cuando un anuncio de televisión le dijo que todo le iría mejor si tenía una colección de motos clásicas en miniatura, Ramón fue al quiosco de su barrio y compró el primer fascículo de la colección. La semana siguiente compró el segundo, que costaba el doble que el primero. Y así pasó muchas semanas, yendo al quiosco y comprando un cartón rectangular enorme con una cajita de plástico pegada, donde se encontraba una moto de plástico pequeña y mal acabada. Cada fascículo costaba un poco más que el anterior, aunque la moto parecía ser la misma, con la única variante de los colores con los que estaba pintada. También era igual el folleto que te explicaba lo maravillosa que era aquella moto de plástico. Ramón acabó pagando diez euros por cada moto, pero compró todos los fascículos de la colección.
Porque Ramón era una persona simple.
Por eso, cuando un anuncio de televisión le dijo que comprase un móvil con GPS, Ramón compró un móvil con GPS. Ramón no sabía lo que querían decir las siglas GPS,
ni sabía muy bien qué hacer con su nuevo móvil y, por eso (y porque era una persona simple), cuando un anuncio de televisión le dijo que mandando un mensaje le tocarían un montón de millones de euros de un sorteo, Ramón mandó el mensaje. Escribió, tal como decía el anuncio, la palabra “millonario” al número 1111. Aquel mensaje le costó dos euros.




Entonces, le mandaron un mensaje que decía que Ramón tenía que enviar otro mensaje para hacerse rico. Ramón envió el mensaje, que le costó un poco más que el primero, porque, pensó, aquel dinero no era nada comparado con hacerse rico.
Ramón volvió a recibir un mensaje del 1111, pero esta vez no le decía que mandase otro mensaje, sino que para saber si le había tocado el premio o no, debía ver la cadena de televisión donde había visto el anuncio al día siguiente.
Así que al día siguiente Ramón se levantó temprano y encendió la televisión. Puso el canal del anuncio y se sentó en el sofá, esperando saber si era rico o no.
Allí estuvo toda la mañana, sin apartarse de la televisión. A veces se cansaba de ver tantos anuncios, pero justo cuando iba a levantarse del sofá, un anuncio le recordaba que hoy alguien ganaría varios millones de euros y se haría rico. Así pasaba Ramón el día.
Ramón quería hacerse rico, como la mayoría de la gente simple. No sabía para qué, ni qué haría con el dinero, ni tenía un objetivo claro, pero quería tener dinero. Tal vez era un intento por dejar de ser una persona simple, porque, además de rico, Ramón quería ser guapo, culto e interesante.
A las once de la noche, cuando Ramón llevaba todo el día delante de la televisión y siempre viendo el mismo canal, comenzó un programa en el que dirían quién se llevaba el premio.
Entonces el presentador dijo que llamarían a tres de los concursantes, pero que solo uno de ellos ganaría el sorteo.



Llamaron al primero, que no fue Ramón.
Llamaron al segundo, que no fue Ramón.
Llamaron al tercero, y la sintonía cutre del móvil de Ramón comenzó a sonar.
Como comprenderéis, el premio debía tocarle a alguien simple, ya que quien se molestaba en mandar dos mensajes y gastar tres euros para nada, solía ser una persona simple.
Por eso y porque nos quedaríamos sin relato, el móvil con GPS de Ramón comenzó a sonar.
Ramón ya se veía buceando en billetes morados, cuando pulsó la tecla verde. Luego el presentador le preguntó su nombre, y estuvo un rato diciéndole lo afortunado que era y preguntándole qué haría con el dinero, en el caso de que lo consiguiese.
Ramón y las otras dos personas a las que habían llamado respondieron “tapar agujeros” y “pagar la hipoteca” a todas las preguntas, independientemente de lo que quisieran hacer con el dinero.
Ramón no sabía ni lo que decía de la emoción que tenía, le temblaban las rodillas cuando el presentador le dio a elegir entre tres sobres de distinto color.
Tuvo que repetir tres veces que elegía el “colorao” hasta que el presentador entendió que el que quería era el rojo.




El caso es que el premio, como no podía ser de otra forma, le tocó a Ramón, que a partir de entonces era una persona simple pero rica, que no es lo mismo.
Ya sabemos que Ramón, como la gran mayoría de las personas simples, quería ser rico. Pero en el momento en que fue rico, no sabía qué hacer con su dinero.
Entonces pensó qué es lo que siempre había querido ser, que, como recordaremos, era guapo, culto e interesante.
Entonces Ramón se compró un montón de trajes de diseño carísimos y de cremas que le harían muy guapo.
Luego, Ramón compró libros y estanterías de madera noble y formó una enorme biblioteca en su casa para ser una persona culta.
Por último, compró entradas para todos los eventos a los que acudirían personas interesantes, como fiestas de alta sociedad, conciertos o conferencias.
Pero ni los trajes ni las cremas hicieron que la enorme nariz aguileña que tenía Ramón ni su reluciente calva desaparecieran.
Tampoco la enorme biblioteca hizo algo más que coger polvo, ya que a Ramón no se le ocurrió que tal vez para ser una persona culta había que abrir alguno de aquellos libros. Todas las entradas que compró tampoco hicieron que se sintiese más interesante.
Así que Ramón se quedó en su casa viendo la televisión, y cuando vio un anuncio que le decía que si tenía una colección de minerales pulidos del mundo todo le iría mejor, Ramón fue al quiosco de su barrio a por el primer fascículo.



jueves, 21 de mayo de 2009

Inversamente proporcional

Últimamente, cuanta más gente me dice que lee mi blog y que le gustó tal entrada o aquella otra, menos comentarios hay.
(Lo pilláis, ¿no?, pues corriendo a pinchar en "0 gotas" para ser el primero)

Superhéroes


Últimamente he escrito mucho en el blog sobre nuestro desastroso sistema educativo.

Tranquilos, porque nuestros líderes políticos se han dado cuenta y han tomado grandes medidas.

Todo se va a arreglar con un ordenador portátil para cada alumno de 5º de primaria.

lunes, 18 de mayo de 2009

Como tontos


Ejercicio de mi libro de ciencias sociales (2º de ESO):


19.- Copia en tu cuaderno y une con flechas:



Jóvenes........................... Más de 65 años.

Adultos .......................Entre 0 y 14 años.

Ancianos.......................Entre 15 y 64 años.

99 pulgas


Pablo Albo (www.pabloalbo.com), Pep Bruno (www.pepbruno.com) y Félix Albo (http://felixalbo.blogspot.com/).

jueves, 14 de mayo de 2009

Comparando


A veces en clase debatimos sobre algún tema.

Cuando unos expresan sus ideas, los que no piensan igual les insultan, interrumpen o abuchean.

Cada uno, en vez de expresar su opinión y valorar las demás, solo ve su punto de vista.

Mucha gente defiende cosas, pero sin argumentar nada. Las cosas son porque sí o porque no.

No se respetan los turnos de palabra, ni se muestra respeto hacia los demás.

Se critican unos a otros.

No se crea un debate, sino dos monólogos distintos.

...

Demostramos que no tenemos educación y que, aunque ya tenemos unos añitos, no sabemos dialogar ni escuchar.

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Cuando escucho el debate sobre el estado de la nación, me acuerdo de mi clase.

Cuando uno expresan sus ideas, los que no piensan igual les insultan, interrumpen o abuchean.

Cada uno, en vez de expresar su opinión y valorar las demás, solo ve su punto de vista.

Mucha gente defiende cosas, pero sin argumentar nada. Las cosas son porque sí o porque o.

No se respetan los turnos de palabras, no se muestra respeto hacia los demás.

Se critican unos a otros.

No se crea un debate, sino dos monólogos distintos.

...

Demuestran que no tienen educación y que, aunque ya tienen unos añitos, no saben dialogar no escuchar.

Además no consiguen unirse para solucionar problemas, porque si fuesen sus problemas, por mi que hagan lo que quieran, pero son nuestro problemas.

Me avergüenzo de los políticos que se supone que me representan, de cualquier partido.




martes, 5 de mayo de 2009

Asuntos importantes


ESQUEMA DE LA CONVERSACIÓN DE UNAS COMPAÑERAS

(Mañana vamos de excursión escolar a Toledo)


-Decidir si se van a sentar en la parte delantera, trasera o central del autobús. 10 min.

-Decidir entre pantalón o falda. 5 min.

-Decidir calzado. 5 min.

-Decidir si van a llevar bocadillo o dónde van a comer en caso de no llevarlo. 10 min.

-Decidir si se van a maquillar, si no se van a maquillar o si sólo se van a hacer la raya del ojo. 5 min.

-Decidir si van a llevar el pelo suelto o recogido. 5 min.



(Me las imagino con falda y tacón de aguja recorriendo Toledo, incluidas calles empedradas. Con el maquillaje arruinado por el sudor y el pelo haciendo de bufanda.)

domingo, 3 de mayo de 2009

Diga lo que diga el informe pisa...


Llamada de una compañera apurada. Domingo tarde. El día siguiente hay examen de inglés.

-Valentina, ¿qué tal el puente?

- Muy bien, ¿y tú?

-Bueno... ¿Te acuerdas el examen de inglés de mañana? Pues...Verás... Es que lo de la gramática, eso de los posesivos y los pronombres, no sé cuándo hay que poner cada uno.

-Es lo único que hemos dado en todo el tema. Solamente eso. Hemos hecho un montón de ejercicios sobre eso. No has preguntado ninguna duda. Lo dimos el año pasado. Lo ha explicado en clase la profesora. En el examen de mañana (¡Mañana!) va a entrar eso y poco más. Es muy sencillo. Son las diez y media de la noche. ¿Y quieres que te lo explique?

-Claro.

-Mejor mañana en el recreo, que por teléfono no sueles enterarte. OK?

-Vale, gracias.



Para todos los profesores del mundo:

Cuando pregunten "¿Hay alguna duda?" y todos los alumnos contesten que lo entienden perfectamente. ES MENTIRA. NO SE CREAN NADA.

sábado, 2 de mayo de 2009

http://anacrusa.elbruto.es/