martes, 13 de enero de 2009


Estaba segura de ser la persona más feliz del mundo.

La película estaba interesante, desvelando traiciones y engaños, pero yo no le hacía ningún caso.

Me interesabas más tú.

Estabas sentado, y yo tumbada utilizando tus piernas como almohada; la verdad es que no sabía cómo había acabado así, repanchingada en el sofá. Ni me importaba.

Me hacías cosquillas con las manos al juguetear con mi pelo.

Creo que yo tenía una sonrisa de idiota que me unía las orejas. No era para menos.

...

Hasta que me desperté. Por más que intentaba volver a dormirme el sueño no regresaba, y tu cara iba desdibujándose en mi mente.
Tal vez algún día no tenga que soñarte, tal vez sólo necesite abrir los ojos para verte. Algún día.
Tal vez.

2 comentarios:

Lavernne & Persephone dijo...

¡¡¡¡Tú no vas a matar a ningun gatito!!!!

Pues no sabía yo que tuvieras tu corazoncito, jejeje
A ver si encuentras pronto a tu alma gemela
(por favor que no sea Tomás...)

Neza dijo...

Llegará... Y espero que no sea Tomás. jajajja