lunes, 26 de enero de 2009

Qué mala es la gente


En la sala de espera había unas cinco personas, yo entre ellas.

Acababa de entrar una chica de unos siete años con su madre.

Por los gritos se adivinaba que le tenían que quitar un colmillo.

La niña gritando y llorando como si la fuesen a matar, se le oía perfectamente desde allí.

La madre y la dentista intentaban tranquilizarla, o atarla a la camilla o algo.

Y los que esperaban fuera descojonándose, riéndose sin parar de los gritos de la pobre chica.

"Qué mala es la gente" he pensado...





... mientras intentaba aguantarme la risa.

1 comentario:

Toma Pan y Circo dijo...

Pues yo no me he aguantado la risa. Muy bueno Valentina.